“La secretaria permanente ha muerto” o la dolorosa feminización de los cargos

La secretaria permanente de la Academia Francesa, Hélène Carrère d'Encausse, falleció en agosto de 2023. Siendo la primera mujer en ocupar este prestigioso cargo, la historiadora insistió, sin embargo, en el género masculino, punto que había mantenido desde su nombramiento en 1999. «Hizo hincapié en que esta elección era 'importante para las mujeres'», escribió Le Monde en aquel momento, «pero decidió llamarse 'Señora Secretaria Perpetua'».
¿Acaso «la secretaria», en femenino, se refería en su mente, como en la de muchos de sus contemporáneos, a una función subordinada... y típicamente femenina? Además, en la mayoría de las empresas del siglo XXI , las secretarias han desaparecido en favor de asistentes que cumplen más o menos las mismas funciones, con un nombre diferente, liberado de su tono peyorativo.
Una lengua viva es una lengua que evoluciona; es incluso lo que la caracteriza. Desde la Segunda Guerra Mundial, las mujeres francesas han asumido un papel cada vez mayor en la vida económica. La feminización de la mujer, especialmente en lo que respecta a profesiones y cargos, es el proyecto —aún en curso— que ha transformado más profundamente el francés en las últimas décadas. Al fusionar lengua, política y sociedad, esta feminización despierta pasiones. ¿Deberíamos decir: «Me gusta este autor», «este autor» o «esta autora»? ¿«Damos la bienvenida a Madame le ministre» o a «Madame la ministre»?
MezcolanzaEdith Cresson, quien se convirtió en la primera mujer francesa en ocupar el cargo de Primera Ministra en 1991, nunca fue referida de otra manera que no fuera "la Primera Ministra". Le Monde del 8 de febrero de 1992 cita, en una inquietante mezcolanza de femenino y masculino, a una diputada "seducida por la intervención de la Primera Ministra: 'Fue una auténtica fuerza movilizadora para la izquierda (...) , una auténtica líder de campaña'" . Es evidente que los franceses no previeron que una mujer asumiría algún día las funciones de primera ministra... ni que pudiera estar al frente de nada. El lingüista Bernard Cerquiglini publicó un libro con Seuil en 2018 titulado «Le ministre est enceinte ». Su solo título revela la urgencia de que el vocabulario se adaptara a la evolución de la sociedad. Sobre todo porque los puestos de prestigio no eran los únicos en los que no se usaban sustantivos femeninos. "Predecesor", "conductor" y "comprador", por ejemplo, se consideraban sustantivos masculinos ("esta mujer, que fue mi predecesora al volante de este semirremolque, es una excelente conductora").
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Le Monde